viernes, 29 de mayo de 2009

El objeto del deseo

Hoy en la tarde me dilemaba sobre el objeto de deseo, lo cual me llevo a pensar sobre la palabra objeto. Objeto que es de la misma familia de objetivo. Objetivo que es a su vez polisémico. Objetivo de meta a alcanzar. Objetivo de contrario a subjetivo, fuera de, imparcial. Objetivo de lugar por donde se mira cuando uno se refiere a una cámara fotográfica. La primera vez eres mi meta de deseo. La segunda vez eres mi deseo imparcial. Y la tercera vez eres mi lugar por donde se mira el deseo. Y es tan lugar común la frase “objeto de deseo” que todo el mundo entiende qué quiere decir aquel que lo dice, pero no es lo mismo una meta, que la parcialidad y que el lugar por donde se mira.

Definitivamente mi deseo por ti no es imparcial, porque viene de mi subjetividad y se genera gracias a tus particularidades. Mi deseo por ti no es una meta porque no es algo que yo este buscando, es algo que ya está ahí, constante y latente, el deseo. Yo te deseo aunque no te tenga y te deseo a pesar de tenerte. Pero mi deseo por ti no pretende llegar a ningún lugar en concreto, no tiene una dirección ni una culminación, simplemente es deseo. Mi deseo por ti, aunque no te trates de una cámara, no es un lugar por donde mirar, simplemente porque no es un lugar, no se puede territorializar porque eso no haría más que privar al deseo de sus líneas de fuga, reduciéndolo así a un simple mecanismo condicionado en el que el placer juega del otro lado de la cancha, así yo no podría desearte al poseerte porque de acuerdo a esta manera de ver las cosas, el placer generado del tenerte, colmaría mi deseo, aunque fuera momentáneamente, y así mientras te tuviera no te desearía.

Te he tenido y te he deseado teniéndote. Te he seguido deseando mientras te tengo porque el sentir placer no me hace dejar de querer sentir placer, sí, siento placer pero sigo deseando sentirlo, porque si hubiera dejado de desear sentir placer me habría apartado de ti en ese momento, y no al contrario, siendo que debido a que el deseo sigue ahí mientras yo siento el placer, continúo ahí por deseo a seguir sintiendo placer. De esta manera concluí en un rechazo por la frase “Tú eres mi objeto del deseo”. Habrá que crear una más conveniente.


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