viernes, 29 de mayo de 2009

¿Qué es el Cine?

El cine como poesía. Y durante más de un siglo se ha intentado definir al cine. Proponen: “el cine es un artificio creado por el hombre, a finales del siglo XIX, con el claro propósito de lograr capturar el espacio en movimiento a través del tiempo.” Y uno lee la definición y no queda conforme, de manera inmediata uno reconoce que eso que lee no es el cine, que el cine es mucho más y entonces comienzan a agregarle palabras a la definición, incluyen al sonido y sus características, así como ideas que desmenuzan la estructura de la fotografía y el mecanismo del proyector, para después aunarle pensamientos relacionados con la realidad y la sociedad, con la filosofía y con todo lo que viene a la mente. De un momento a otro terminamos con un ensayo de numerosas cuartillas que intenta torpemente capturar la esencia del cine, pero que no hace más que enredarnos en un complejo embrollo aún carente de la misma. Le damos vueltas al asunto y no entendemos porqué una definición tan completa y minuciosa nos resulta tan vacía y poco convincente.

Nos queda perfectamente claro la manera en la que todos los elementos juegan para crear el cine, su funcionamiento y sus razones de ser, pero algo dentro de nosotros nos exige más. Y de repente nos tropezamos con la siguiente manera de ver al cine: "el cine es la linterna del acomodador que atraviesa como un incierto cometa la noche de nuestro soñar despiertos". (A. Bazin) ¡Y ahí está el cine! Sin más vueltas, renglón y medio más que suficiente espacio para que la piel se nos crispe y algo dentro de nosotros comience a moverse. ¡La frase está viva! Es pura poesía y nos llena y nuestro ser queda conforme y el alma se tranquiliza porque la sed ha sido saciada. Y Bazin nos enseña que esa es la manera de acercarse al cine, como un enamorado creando poesía, intentando conquistar al amor platónico por el que se entregaría la vida misma. Y en ese momento Bazin deviene poeta, deviene amor, deviene cinematógrafo.

Tomemos el ejemplo y desterritorializemonos, dejemos de intentar explicar y definir, comencemos a devenir. Abrámonos a las líneas de fuga a través de la poesía que el cinematógrafo nos ofrece y creemos nuevas líneas de fuga a partir de nuestra propia manera de generar poesía para o sobre el cinematógrafo. Ya todo está dicho, el siglo del racionalismo ya ha quedado atrás, dejemos que el virus muera, curémonos del lenguaje. Vayamos para adelante, conquistemos nuevos territorios, abramos sus fronteras y liberémoslos de la tediosa monotonía que impone el significante. Este es el siglo de la experimentación. Experimentémosolo.


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